18 julio, 2012Un debate reciente en Estados Unidos sobre los uniformes olímpicos del equipo estadounidense producidos en China ha desatado la controversia sobre la tendencia de las multinacionales del vestido de recurrir a la producción más barata en países en desarrollo. Esta tendencia no es nueva y sigue repercutiendo en los trabajadores de países de bajos salarios. Juega Limpio pide a las compañías multinacionales que hagan más.
Políticos estadounidenses criticaron al Comité Olímpico de Estados Unidos (USOC) por permitir que los uniformes del equipo de su país, suministrados por Ralph Lauren, sean fabricados en China.
En un reciente artículo de opinión para CNN, el secretario general de la IndustriALL Global Union, Jyrki Raina, dijo: “Todos quieren sentirse orgullosos de los atletas olímpicos que representan a su país, y no frustrados y avergonzados al pensar cómo se produce la ropa que llevan los equipos. No es justo que a los trabajadores de las factorías indonesias de calzado que producen docenas de zapatillas cada día les costara el sueldo mensual de 102 $ EE.UU. si hubieran de comprar un solo par.”
Como es más barato fabricar en países que no respetan las normas internacionales del trabajo o no pagan un salario justo, los textiles y la ropa proceden frecuentemente de países de bajos salarios como China, India y Vietnam. Juega Limpio, la alianza mundial de sindicatos y ONG, publicó recientemente un informe sobre las malas condiciones de trabajo en fábricas proveedoras para los Juegos Olímpicos en China, Filipinas y Sri Lanka.
“Los países en desarrollo necesitan empleos para sus crecientes poblaciones, pero han de ser buenos empleos, sin explotación por compañías del mundo industrializado”, dijo Jyrki Raina.
“Juega Limpio pide que las compañías multinacionales no se limiten a hablar con la boca pequeña de derechos humanos: tienen que pagar precios que permitan a los proveedores pagar un salario digno; tienen que asegurarse de que las factorías disponen de la capacidad necesaria para cumplir los plazos sin tener que recurrir a largas horas en condiciones de explotación, y tienen que hacer algo más que auditorías y tratar con los trabajadores y sus sindicatos, en un esfuerzo por comprender verdaderamente cuáles son las condiciones en las factorías proveedoras,” dijo Jyrki Raina.