18 julio, 2012La semana pasada, senadores de Estados Unidos expresaron su consternación e indignación al conocer que los uniformes para los olímpicos estadounidenses se habían producido en China. Pero esto no es nada nuevo. Hace años que, con la desenfrenada globalización, las multinacionales del textil y del vestido compiten por las peores condiciones en busca de una producción cada vez más barata.
Con el fin del Acuerdo Multifibras, el volumen de las importaciones de textiles en Estados Unidos procedentes de China se duplicó con creces entre 2004 y 2011. La eliminación gradual de acuerdos sobre contingentes ha provocado la pérdida de millones de empleos en el sector del textil y del vestido tanto en países industrializados como en desarrollo.
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