13 octubre, 2021El 8 de octubre, el comité directivo del sector TIC y la industria eléctrica y electrónica (TIC-EE) se reunió para intercambiar experiencias y desarrollar un plan de actividades para 2022. Más del 40 por ciento de los 46 delegados eran mujeres.
El copresidente del sector, Masahi Jimbo, inauguró el encuentro. El secretario general de IndustriALL Global Union, Atle Høie, informó sobre el reciente Congreso de esta organización y explicó la manera en que los cuatro objetivos estratégicos de IndustriALL se relacionan con el sector TIC-EE.
“Aunque han pasado cinco años desde el segundo Congreso mundial, si se observa la situación internacional, todavía quedan muchas cuestiones sin resolver, como la igualdad de género y los trabajadores precarios con salarios bajos. Este sector necesita profundizar la solidaridad entre los sindicatos para implementar el nuevo plan de acción”, expresó Jimbo.
Atle Høie declaró:
“Debemos plantar cara al capital mundial. Debemos garantizar que los trabajadores obtengan su parte justa de las ganancias. Incluso durante la COVID, las grandes empresas, incluidas las de las TIC, se enriquecieron aún más”.
“Este sector tiene un papel crucial que desempeñar en una Transición Justa hacia una economía más amigable con el medioambiente. Los empleadores deben comprender que los trabajadores necesitan que se abra un camino hacia empleos más verdes”.
El secretario general adjunto Kan Matsuzaki habló sobre las tendencias y avances en este exitoso sector, que tiene muchas de sus empresas principales posicionadas entre las más rentables en la economía mundial.
La COVID-19 aumentó la dependencia de las TIC y aceleró la digitalización. Las mayores empresas están haciendo inversiones gigantescas y obteniendo enormes beneficios. La demanda de semiconductores es alta, ya que el teletrabajo, motivado por la pandemia, incrementó la demanda de equipos de telecomunicaciones y electrodomésticos. También se ha visto un fuerte crecimiento de los componentes de vehículos que funcionan con chips de memoria.
En los países en desarrollo, la cantidad de trabajadores en las empresas de servicios de fabricación de productos electrónicos (EMS, por sus siglas en inglés) está creciendo rápidamente a medida que las marcas tercerizan los procesos de producción. Las diez principales empresas de EMS emplean alrededor de 1,5 millones de trabajadores. Sin embargo, la densidad sindical en el sector es muy baja, especialmente en las empresas más grandes.
“Nuestro desafío sigue siendo el de siempre”, expresó Matsuzaki.
“Sindicalizar a los trabajadores en este sector hasta que tengamos la masa crítica que necesitamos para influir en el equilibrio de poder entre los trabajadores y estas poderosas corporaciones”.
Existe una lucha por el dominio entre los gigantes tecnológicos occidentales que diseñan productos y crean software, como Alphabet, Amazon y Apple, y las empresas, en su mayoría asiáticas, que construyen la infraestructura, como Huawei. El noventa por ciento de la fabricación se lleva a cabo en Asia, donde los empleos de montaje suelen pagar entre 200 y 500 dólares al mes. Recientemente, ha habido una expansión significativa en América Latina, y particularmente en México.
Una novedad positiva de los últimos años es que muchos más países, en particular los de la cadena de suministro de fabricación del sector, han ratificado los convenios fundamentales de la OIT.
Anne-Marie Chopinet y Jan Brauburger, de IndustriAll Europe, brindaron un panorama de la situación en Europa. Las alteraciones de la cadena de suministro y la escasez de componentes han afectado la producción y los puestos de trabajo en este continente, lo que ha conducido a un llamado a la reindustrialización y, en particular, a invertir en la fabricación de semiconductores. IndustriAll desarrolló un plan de acción para reclamar una estrategia industrial holística.
La coordinadora de género de IndustriALL, Armelle Séby, y la Dra. Jane Pillinger, académica, presentaron una investigación acerca de la experiencia de las trabajadoras en el sector.
Las mujeres constituyen, en promedio, el 50 por ciento de la población activa mundial, aunque el empleo femenino está distribuido de forma desigual. Las mujeres constituyen la mayoría de la fuerza laboral en los países que fabrican componentes básicos y tienden a ocupar puestos precarios y mal remunerados en las líneas de montaje y control de calidad. Existe un alto nivel de segregación laboral por razón de género, con pocas mujeres en trabajos altamente calificados y bien pagados.
Matsuzaki presentó el plan propuesto para las actividades del sector para 2022. Los enfoques principales serán:
- Brindar educación y capacitación en cuestiones de género
- Crear una nueva red sindical y una red subsectorial, por ejemplo, para el área de semiconductores
- Exigir a gobiernos y empresas multinacionales que lleven a cabo la diligencia debida a lo largo de la cadena de suministro
- Desarrollar una estrategia para la cadena de suministro de baterías y energías renovables
- Continuar impulsando políticas industriales sostenibles y la Transición Justa.