3 mayo, 2017El Convenio de Rotterdam ha quedado totalmente desacreditado, dice la IndustriALL Global Union, al no incluirse por sexta vez en el Convenio el crisotilo como sustancia peligrosa.
La octava Conferencia de las Partes en el Convenio de Rotterdam, tratado de las Naciones Unidas, según el cual las sustancias peligrosas incluidas en el Convenio sólo pueden ser objeto de comercio con el consentimiento fundamentado previo, se está celebrando actualmente en Ginebra (Suiza).
Hoy, 3 de mayo, una pequeña minoría de países con intereses comerciales en la continua utilización del asbesto, entre ellos India, Kazajstán, Kirguistán, Rusia, Siria y Zimbabwe, bloquearon la inclusión del crisotilo en el Anexo III del Convenio. Para incluir una sustancia tiene que haber una unanimidad de las partes.
La inclusión del crisotilo ya no se considerará hasta la próxima COP dentro de dos años. Rusia abogó incluso por que se excluya al crisotilo de las sustancias químicas propuestas para la inclusión, algo que el Convenio no permite.
“Es realmente vergonzoso que no se haya incluido una vez más el crisotilo en el Anexo III. Mientras ellos actúan así, centenares de miles de personas morirán de enfermedades relacionadas con el asbesto”, dijo Andrew Dettmer, presidente nacional del afiliado a la IndustriALL la Australian Manufacturing Workers’ Union (AMWU).
El crisotilo cumple todos los criterios científicos requeridos para la inclusión en el Anexo III, y la mayoría de las partes en el Convenio la apoyan. Carolyn Vickers, de la Organización Mundial de la Salud, dijo en la plenaria:
“Todas las formas de asbesto, incluido el crisotilo, son cancerígenas para el ser humano, y causan mesotelioma y cáncer de pulmón, laringe y ovarios. La evidencia de que el crisotilo es cancerígeno es concluyente y abrumadora, y se ha seguido reforzando con el tiempo.” Agregó que es una grave amenaza para la salud pública.
El representante de Uruguay dijo: “Se trata de una cuestión de derechos humanos. La inclusión sigue permitiendo el derecho a producir una sustancia química y venderla, pero tenemos el derecho de ser informados, como derecho igual. Necesitamos el consentimiento fundamentado previo.”
Entretanto, las partes están considerando una propuesta de un grupo de 12 naciones africanas para modificar el Artículo 22 del Convenio, de manera que una sustancia se pueda incluir con una mayoría del 75 por ciento de las partes con derecho a voto. Se ha creado un grupo de contacto durante la octava COP para considerar la propuesta, pero se ha excluido a los grupos de trabajadores.
“La gente está más preocupada por la preservación de un proceso roto que por impedir más muertes. No incluir la voz de los trabajadores es contrario a toda noción de transparencia”, dijo Dettmer.
Siti Kristina, que padece asbestosis, trabajó es una fábrica textil de amianto en Indonesia. Dijo en la reunión:
“Yo estuve expuesta al asbesto en la fábrica 23 años. Si el asbesto se introduce en nuestra ropa es difícil quitarlo. Después de 10 años empecé a toser. En 2010, se me diagnosticó asbestosis. Soy sólo una de tantos; muchos amigos lo padecen.”
Hablando en nombre de la IndustriALL, Frank O’Grady, del sindicato australiano CFMEU, dijo: “Al igual que la mayoría de los trabajadores de la industria de la construcción, jamás se nos informó de los peligrosos del asbesto. Para los países que se oponen a la inclusión del crisotilo, los indicios, la práctica y la realidad muestran otra cosa. Pero la muerte todos los años, como mínimo, de 130.000 trabajadores de enfermedades relacionadas con el asbesto dice lo contrario.”
Como afirmó un representante de las Islas Cook: “Ahora se venden ya en las tiendas nuevos materiales de construcción de crisotilo. Hay muy poca conciencia de los peligros del asbesto. La amenaza de catástrofes naturales, que aumentan en frecuencia e intensidad, significa que nuestros ciudadanos corren peligro. Tenemos que saber cuándo se importan materiales de crisotilo.”
Australia tiene una de las tasas más altas de mesotelioma del mundo. Un representante del país dijo en la plenaria: “Hemos pagado, y seguimos pagando, un alto precio por utilizar crisotilo.” Se estima que unos 25.000 australianos morirán de enfermedades relacionadas con el asbesto en los próximos 40 años.
Andrew Dettmer dijo: “La campaña de sensibilización sobre el amianto que hemos apoyado en Asia sudoriental ha coadyuvado a que países como Vietnam, Laos e Indonesia apoyen la inclusión del crisotilo. La reforma del Convenio de Rotterdam es ahora un tema de actualidad internacional.”
El director de salud, seguridad y sostenibilidad de la IndustriALL, Brian Kohler, dijo:
“El Convenio de Rotterdam se ha roto. Basta ya. Para que el Convenio sea eficaz tiene que dejar de permitir que los intereses financieros de unos cuantos oligarcas poderosos amenacen la vida de millones de personas. Es un vergonzoso ejemplo de un sistema disfuncional y un descrédito para todo el sistema de Naciones Unidas. ¿Cuántos centenares de miles de personas tienen que morir de enfermedades relacionadas con el asbesto para que las partes en el Convenio de Rotterdam cambien esto?”