28 abril, 2019Más allá de los habituales titulares sensacionalistas y comunicados de prensa, existe el peligro de que la industria minera se haya vuelto insensible, indiferente y casi sin capacidad de reaccionar ante la grave avalancha de muertes que ha registrado. Los titulares sensacionalistas y comunicados de prensa de gobiernos y compañías mineras que hacen referencia a declaraciones sobre políticas públicas y privadas parecen contradecir la realidad experimentada por los mineros y la sociedad.
Debido a varias catástrofes mineras ocurridas en diferentes lugares geográficos, la atención mundial se ha centrado en la salud y seguridad en el sector minero a nivel global. Al respecto se podría mencionar el dramático rescate de 33 mineros atrapados a gran profundidad en una mina de cobre de mediano tamaño en Chile, las horrendas muertes de 29 mineros en la mina de carbón Pike River en Nueva Zelandia, la muerte de 29 mineros en la mina Upper Big Branch en el estado de West Virginia, y sucesos en México, Turquía, Pakistán, China, Afganistán, etc.
Además de estos desastres, que se han mantenido casi ocultos para evitar la atención del mundo, los trabajadores/as mineros siguen falleciendo en el curso de su trabajo, con una muerte lenta, dolorosa e inminente, a consecuencia de enfermedades profesionales. Recientemente ha reaparecido la neumoconiosis, enfermedad pulmonar causada por la inhalación de polvillo de carbón, que la industria minera había calificado con orgullo como una enfermedad del pasado, completamente erradicada de la faz de la tierra.
La reincidencia de esta enfermedad constituye una acusación contra esta industria, lo cual deja expuesta la irrelevancia de sus titulares sensacionalistas y comunicados de prensa.
La aprobación del Convenio sobre seguridad y salud en las minas, 1995 (núm. 176) por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) fue un avance positivo, acarreando una disminución de la tasa y frecuencia de muertes en la industria minera. Sin embargo, es de mucha preocupación la tendencia actual de aumento del número de fatalidades, donde Pakistán y China figuran como el epicentro de esta alza. En Sudáfrica, que es un indicador importante de la conducta de los países mineros en materia de salud y seguridad industrial, se ha observado una baja de los accidentes fatales registrados recientemente en las minas.
El Convenio sobre seguridad y salud en las minas, 1995 (núm. 176) es fundamental para lograr el programa de trabajo decente de la OIT y un futuro de trabajo decente, y es la clave para resolver el desafío de la seguridad y salud en el trabajo en la industria minera. Las estrategias de los sindicatos mundiales en materia de salud y seguridad laborales han demostrado aportar de manera efectiva para lograr el programa de trabajo decente de la OIT y están dispuestos a contribuir al futuro del trabajo. Con su enfoque estratégico hacia la salud y seguridad en el trabajo en la industria minera, los sindicatos mundiales han demostrado que los "sindicatos salvan vidas". Al insistir en el vínculo entre la salud y seguridad en el trabajo y la sostenibilidad, promovido en el concepto de "Transición Justa", estas estrategias de los sindicatos mundiales constituyen la mejor garantía del programa sobre el futuro del trabajo.
La tensión que conllevan los imperativos del futuro del trabajo, tales como los avances tecnológicos acelerados de Industria 4.0 o de la Internet de las cosas (IoT) que mejor describen el futuro del trabajo, debe resolverse necesariamente considerando los impactos del porvenir del trabajo sobre los trabajadores/as, sus familias y las comunidades que dependen de ellos. Existe una propuesta sindical para abordar las consecuencias de las nuevas tecnologías para el trabajo: el concepto de Transición Justa. Esto debe figurar como asunto central cuando los gobiernos adoptan opciones de políticas sobre la cuestión de la implementación de nuevas tecnologías y la mitigación de sus impactos sociales, especialmente en la industria minera.
Los sindicatos tienen una relación orgánica con los trabajadores/as, que en su mayoría se encuentran a distancia del proceso de producción en un entorno laboral globalizado, distanciamiento que probablemente se agudice a medida que se desarrollen las transformaciones de Industria 4.0. La relación íntima de la fuerza de trabajo con los sindicatos facilita el papel fundamental que desempeñan los sindicatos en materia de salud y seguridad en el lugar de trabajo, en el programa de trabajo decente y en el futuro del trabajo.
Lea el artículo completo en el sitio web de la OIT.
28 de abril: llorar por los muertos, defender a todos los que siguen en la lucha
Los sindicatos de todo el mundo han declarado que el 28 de abril de cada año es un día de tristeza e indignación, de luto público para conmemorar a todos los trabajadores y trabajadoras que han muerto a consecuencia de su trabajo, sea como resultado de un accidente repentino y violento, una enfermedad que consume lentamente a la persona, o incluso un acto de suicidio provocado por estrés en el lugar de trabajo.
En 2018, el Comité Ejecutivo de IndustriALL reafirmó su compromiso de reconocer y renovar el espíritu del 28 de abril como un día sindical de luto en todo el mundo, para los trabajadores/as muertos, lesionados o enfermos a consecuencia de su trabajo.
Nunca vamos a transigir ni dejaremos de exigir que se respeten los derechos de los trabajadores y trabajadoras. Tienen el derecho de:
• Estar informados sobre los peligros en el lugar de trabajo
• Rechazar o suspender trabajo peligroso, sin temor a represalias
• Participar plenamente en la toma de decisiones sobre salud y seguridad
Pedimos a todos nuestros sectores, y a todas nuestras regiones, conmemorar el 28 de abril. Rogamos informarnos sobre cualquier evento que hayan celebrado. Un ejemplo de las muchas actividades que realizamos se puede ver en el artículo adjunto, que está relacionado con la campaña en curso de IndustriALL en favor de la ratificación del Convenio 176 de la OIT sobre seguridad y salud en la minería.