27 febrero, 2019A pesar de las numerosas estrategias de los sindicatos y otras organizaciones a lo largo de los años, la lentitud del cambio para la igualdad de género en el lugar de trabajo muestra que no se progresará haciendo más de lo mismo. Los sindicatos, los gobiernos y los empleadores tienen que estar preparados para aplicar un programa de acción radical a fin de obtener resultados.
En el reciente informe histórico de la OIT, Trabajar para un futuro más prometedor, se hace un llamamiento para la aplicación de un programa transformador sobre la igualdad de género en el futuro del trabajo.
El movimiento sindical debe tomar la iniciativa en este programa, en sus propias estructuras y en los sectores a los que representa. Sin embargo, la igualdad de género no puede conseguirse sin eliminar primero la epidemia de violencia contra las mujeres en el trabajo.
En este Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, la IndustriALL pide a sus afiliados que actúen para apoyar un Convenio y una Recomendación de la OIT sobre la violencia y el acoso en el trabajo, centrándose firmemente en la violencia de género.
Es increíble que ninguna norma internacional aborde la violencia de género en el trabajo, a pesar de que el 35 por ciento de todas las mujeres mayores de 15 años han sufrido violencia sexual o física en el hogar, en sus comunidades o en los lugares de trabajo.
Para eliminar la violencia contra las mujeres y lograr la igualdad de género, el nuevo mundo del trabajo tiene que liberarse de las estructuras patriarcales que predominan en el modelo actual y sólo sirven para socavar las condiciones de trabajo, los sueldos y las perspectivas de las trabajadoras.
“Las mujeres se siguen teniendo que adaptar a un mundo laboral conformado por los hombres para los hombres", dijo la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo de la OIT, que produjo el nuevo informe de la OIT.
La Comisión recomienda que se fortalezca la opinión de las mujeres, su representación y su liderazgo. Y alienta a los gobiernos, a las organizaciones de empleadores y de trabajadores a perseguir y apoyar una mayor representación de las mujeres.
En noviembre pasado, el Comité Ejecutivo de la IndustriALL aprobó recomendaciones para aumentar la representación de las mujeres en sus sectores. La participación de las mujeres no consiste sólo en asistir a las reuniones, sino en que las mujeres tengan verdadera voz e intervengan en la adopción de decisiones.
Para los sindicatos es sumamente importante afrontar el desafío de la participación de las mujeres, porque las industrias están sufriendo una profunda transformación impulsada por la digitalización. La digitalización no es un proceso neutral respecto al género. En la industria influirán cada vez más las calificaciones y la innovación, en lugar de la fuerza física, lo que debería facilitar la igualdad de género. Pero con la aparición de estas nuevas tecnologías pueden aumentar las desigualdades de género en el mercado laboral.
Las mujeres siguen afrontando obstáculos para acceder a la educación y la formación. Las mujeres en los estudios de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM en inglés) representan una minoría. Si bien con los avances tecnológicos se crearán nuevos empleos en Industria 4.0, quienes no estén preparados no podrán acceder a ellos.
Las mujeres ocupan actualmente muchos de los puestos de trabajo mal remunerados en la fabricación que probablemente sean sustituidos a la larga por las nuevas tecnologías. En algunas industrias en las que predominan los hombres el número de trabajadoras aumentará pues hay trabajo manual que pasa a no manual, pero hay que actuar para garantizar que ese trabajo se valora debidamente y no perpetúa los patrones existentes de subvalorar las tareas realizadas predominantemente por mujeres. La sustitución de empleos sindicados por no sindicados incrementará sin duda la potencial brecha salarial.
Además, el desarrollo de la inteligencia artificial y de algoritmos para los procesos de reclutamiento tiende a basarse en datos históricos plagados de estereotipos de género, que lo único que hacen es exacerbar las desigualdades existentes. Por ejemplo, los algoritmos utilizados por el servicio de taxi Uber favorecen a los hombres que trabajan más tiempo y a hora más tardías, lo que con frecuencia plantea problemas a las mujeres que a menudo tienen más obligaciones de cuidados y se resisten a trabajar en turnos nocturnos de mayor riesgo.
Debemos asegurarnos de que el futuro del trabajo de las mujeres se basa en la igualdad y en la no violencia. En junio de 2019 habrá un segundo debate sobre la violencia y el acoso en el trabajo en la Conferencia Internacional del Trabajo. Los empleadores se siguen oponiendo a un Convenio vinculante y a gran parte del importante contenido que piden los sindicatos.
Un nuevo Convenio es una oportunidad histórica para colmar la laguna en la protección de millones de trabajadores, y más concretamente de trabajadoras. Pero para conseguirlo, los sindicatos se tienen que movilizar.