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¿Dónde están los trabajadores ahora, tres años después de la invasión rusa de Ucrania?

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27 febrero, 2025Durante décadas, los mineros del carbón de Ucrania han sido la columna vertebral del sector energético del país, suministrando energía a hogares e industrias y contribuyendo al progreso con su trabajo. Sin embargo, hoy en día, su lucha no es solo por salarios y condiciones de trabajo justos, sino por la supervivencia, la dignidad y la esperanza de reconstruir sus vidas destrozadas. Entre ellos, el Sindicato de Trabajadores de la Industria del Carbón de Ucrania (Ukrvugleprofspilka), afiliado a IndustriALL, constituye su última línea de defensa, ya que lucha por sus derechos en esta cruda realidad.

Volodymyr, un minero de Toretsk, pasó años bajo tierra en la mina de Toretska, extrayendo el carbón que calefacciona los hogares de Ucrania y mantiene en funcionamiento sus industrias. Su trabajo era agotador y peligroso, pero se sentía orgulloso de lo que hacía, pues sabía que sus manos estaban construyendo el futuro del país. La mina, como muchas otras en Donetsk y Lugansk, era más que un lugar de trabajo, era una comunidad, un sustento, un legado transmitido de generación en generación.
 
Entonces vino la guerra. Las explosiones destrozaron la ciudad, las casas se redujeron a escombros. Bombardearon la mina hasta dejarla sumida en el silencio. Volodymyr, como tantos otros mineros, tuvo que tomar una decisión imposible: quedarse y arriesgar su vida o dejar atrás todo lo que conocía. Huyó con su esposa Olena y sus dos hijos, Max y Kateryna, para buscar refugio en Lviv.
 

“El cambio fue brutal. En Toretsk, era un trabajador respetado. En Lviv, soy solo un desplazado más que lucha por encontrar empleo. Mis manos, cuando estaban cubiertas de carbón, me garantizaban un ingreso estable. Ahora, tengo que tomar trabajos ocasionales en la construcción, en granjas, cualquier cosa con tal de llevar el pan a la mesa para mi familia”,

relató Volodymyr.
 
Su esposa Olena, ya de salud frágil, tuvo que lidiar con el estrés y la incertidumbre del desplazamiento. Max y Kateryna, arrancados de su escuela y sus amigos, se enfrentaron a un mundo que ya no reconocían.
 
A pesar de la devastación de la industria del carbón, Ukrvugleprofspilka se niega a abandonar a sus mineros. Les proporciona ayuda humanitaria, asistencia jurídica y apoyo psicológico a los trabajadores desplazados. Está luchando para que mineros como Volodymyr no caigan en el olvido, así como abogando por políticas que algún día les ayuden a regresar a casa.
 
Más de 3.000 mineros del sindicato se han unido a las Fuerzas Armadas de Ucrania, intercambiando sus herramientas por armas en la lucha por su patria. Trágicamente, más de 350 de ellos han perdido la vida. Cientos más han resultado heridos. Cada nombre es un recordatorio de que esta guerra no se trata solo de territorio, se trata de la vida de aquellos que construyeron Ucrania con sus propias manos.
 
Hoy en día, solo quedan 23.420 mineros afiliados al sindicato y menos de 8000 pueden pagar sus cuotas. Sin embargo, ser minero es algo más que hacer una contribución económica, es una cuestión de hermandad, de negarse a ser derrotado.
 

“Me aferro a la esperanza de que algún día regresaremos a Toretsk. Sueño con el día en que las minas vuelvan a la vida, que mis hijos jueguen en las mismas calles que yo, que la comunidad que amaba resurja de las cenizas. Hasta entonces, trabajaré, lucharé y resistiré”,

afirmó Volodymyr.
 

“La lucha de los mineros de Ucrania no es solo por el empleo, es por la justicia, la supervivencia y el derecho a la reconstrucción. A pesar de las dificultades, se mantienen firmes. A pesar de las pérdidas, perseveran y, a pesar de la guerra, siguen firmes en su creencia de que algún día recuperarán lo que les pertenece. Nos solidarizamos con ellos”,

expresó Atle Høie, secretario general de IndustriALL.

Fotografía: Shutterstock