28 agosto, 2014Los Mineros, sindicato mexicano afiliado a IndustriALL Global Union, ha pedido una investigación independiente sobre un derrame tóxico a principios de este mes que causó graves daños ambientales en una de las minas de cobre más grandes del mundo. IndustriALL, que hace campaña en favor de políticas económicas sostenibles, apoya esta solicitud.
En efecto, a consecuencia del derrame que se produjo en la mina de cobre de Cananea a principios de agosto, 40.000 metros cúbicos de ácido tóxico de las labores mineras se introdujeron a presión en un río cercano. La enorme empresa minera mexicana Grupo México culpó de este derrame tóxico a una empresa subcontratada. Además, en lugar de advertir a la población sobre los daños al medio ambiente, se ha sabido que el Grupo México encubrió deliberadamente el incidente.
El Grupo México adquirió Cananea en 1989 después de la privatización de la mina. Desde entonces, el dueño multimillonario alemán Larrea ha demostrado no tener ningún interés por la seguridad de los trabajadores, ni tampoco por el medio ambiente; a consecuencia de esto, Cananea se ha convertido en una de las minas más peligrosas del país.
En 2007, los sindicalistas miembros de Los Mineros se declararon en huelga debido a cuestiones de salud y seguridad y preocupación por el medio ambiente. La compañía informó que tenía 2.000 trabajadores subcontratados listos para trabajar tan pronto como terminara la huelga. Este conflicto, que duró tres años, terminó cuando la policía ocupó el recinto, disparando gases lacrimógenos desde helicópteros y usando fuerza contra los trabajadores que habían tomado pacíficamente la mina.
La huelga de 2007 se realizó apenas un año después del siniestro minero del Grupo México en Pasta de Conchos, que causó la muerte de 65 trabajadores. Hasta la fecha, quedan sin rescatar 63 cadáveres de las víctimas.
Por otra parte, la semana pasada, se produjo un inesperado acontecimiento cuando el Congreso de México instó al gobierno para que retire el permiso concedido al Grupo México para realizar operaciones en la mina.
Fernando Lopes, Secretario General Adjunto de IndustriALL, criticó vigorosamente la indiferencia de la empresa minera sobre este asunto:
“Esta situación demuestra la parte corrupta de la industria minera de México: codicia desenfrenada de las grandes corporaciones, su desprecio por la seguridad de los trabajadores y el medio ambiente, uso irresponsable de la subcontratación, y también el apoyo incondicional que suelen recibir de sucesivos gobiernos neoliberales. Es imprescindible que se realice una investigación independiente para determinar quiénes son los responsables de esta mencionada catástrofe ambiental.”