4 marzo, 2025Atomprofspilka, un afiliado de IndustriALL, ejercía una función de supervisión legal con el fin de garantizar que se respetaran las leyes laborales y que los derechos de los trabajadores se mantuvieran intactos. Este sindicato era una comunidad que informaba, educaba y alentaba a sus miembros. Pero entonces llegó la guerra, y todo cambió.
“Antes de que la guerra destrozara nuestro mundo, Atomprofspilka era un pilar para los trabajadores y trabajadoras ucranianos. Nuestra misión, como la de todos los sindicatos, era protegerlos, empoderarlos y defenderlos. Luchábamos por mejores salarios, condiciones de trabajo y protecciones jurídicas, al tiempo que nos asegurábamos de favorecer la rehabilitación, la capacitación y la participación de los jóvenes en nuestras industrias”,
expresó Lesia Semeniaka, responsable internacional de Atomprofspilka.
El brote de la guerra transformó radicalmente su trabajo y su realidad. La devastación industrial, la destrucción de empresas y la pérdida masiva de empleos arrasaron la economía. Miles de trabajadores se vieron obligados a huir, luchar o soportar la ocupación en condiciones brutales. Muchos perdieron sus hogares e ingresos, incluso la vida.
“Los ataques masivos con misiles balísticos, proyectiles de artillería y bombardeos con drones redujeron las fábricas a escombros. Industrias enteras colapsaron, desde el sector energético hasta el metalúrgico, dejando a sus trabajadores sin salario, seguridad ni futuro. Muchos se unieron a las Fuerzas Armadas ucranianas, lo que redujo aún más las filas del sindicato, disminuyó los recursos y limitó nuestra capacidad para apoyar a los que se quedaron”,
explicó Lesia Semeniaka.
Sin embargo, a pesar de estos inmensos desafíos, Atomprofspilka se negó a bajar los brazos.
“La guerra nos enfrentó a una realidad inimaginable. De repente, la lucha por la supervivencia tomó el lugar de las negociaciones salariales en el centro de nuestras preocupaciones. Nos encontramos ante cuestiones urgentes, de vida o muerte: ¿cómo protegemos a los trabajadores y los lugares de trabajo de los bombardeos constantes? ¿Cómo trabajamos cuando se cortan la electricidad, Internet y las líneas de comunicación? ¿A dónde reubicamos las industrias? ¿Cómo transformamos los sótanos en refugios antiaéreos? ¿Cómo protegemos a los trabajadores en los territorios ocupados? ¿Dónde encontramos ayuda financiera para los afiliados que lo han perdido todo, incluidos sus documentos de identidad?”,
declaró Lesia Semeniaka.
Estas no eran solo preocupaciones logísticas, sino amenazas existenciales. El peso de proteger, guiar y apoyar a miles de trabajadores en medio de la guerra se convirtió en la nueva y urgente realidad.
Los efectos sobre los trabajadores han sido devastadores. En las centrales nucleares de las zonas controladas por Ucrania, las operaciones continúan con relativa estabilidad. Pero en otros lugares, la situación es desastrosa. La generación de energía térmica se ha destruido en un 90 por ciento. Las condiciones para los trabajadores del sector energético, de la industria del petróleo y el gas, de la industria química, de la minería y de los servicios de emergencia son duras y peligrosas. Las jornadas extensas, los ambientes peligrosos y la amenaza constante de ataques definen su realidad cotidiana.
A pesar de la devastación, Atomprofspilka se niega a rendirse. El sindicato se ha adaptado. Ha establecido prioridades urgentes, como apoyar a las Fuerzas Armadas ucranianas, solidarizarse con los ciudadanos en defensa de la patria, proporcionar ayuda directa a los trabajadores afectados por la guerra, garantizar que reciban asistencia financiera y humanitaria, y ajustar todas las actividades sindicales a las realidades de la guerra. Todo ello sin dejar de defender, proteger y luchar por los derechos de los trabajadores de todas las formas posibles.
“A pesar de todo, no hemos estado solos. IndustriALL Global Union y sus afiliados han mostrado una solidaridad inquebrantable. Han ofrecido un apoyo fundamental durante los momentos más oscuros de Ucrania. Su compromiso con la justicia, los derechos de los trabajadores y la dignidad humana nos inspira a seguir luchando”,
afirmó Lesia Semeniaka.
“La guerra está lejos de terminar. Ahora, más que nunca, debemos unirnos para detener la agresión de Rusia y obligarla a rendir cuentas por los crímenes y el genocidio cometidos contra el pueblo ucraniano. Volveremos a levantarnos. Protegeremos a nuestros trabajadores. Nunca renunciaremos a nuestra lucha por la justicia, la dignidad y la paz”,
explicó Lesia Semeniaka.
“Debemos seguir teniendo a Ucrania en nuestros pensamientos y en nuestros proyectos, y asegurarnos de que no se olviden los sacrificios de su pueblo y de que se apoye su lucha por la libertad. La valentía y resistencia de los trabajadores y trabajadoras ucranianos y sus sindicatos son extraordinarias, y su lucha requiere nuestro apoyo”,
declaró Atle Høie, secretario general de IndustriALL.
Fotos: Atomprofspilka