11 diciembre, 2023El consenso fue claro: es imperativo tomar medidas urgentes y la comunidad mundial debe dar prioridad a abordar los problemas climáticos con un compromiso firme con la justicia y la inclusión de todas las personas afectadas. En medio de poderosos discursos, resonaron los llamados al reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, un alto al fuego inmediato en Palestina y el bienestar de las generaciones futuras.
Grupos feministas, defensores de la protección de la infancia, comunidades indígenas, representantes de la juventud y sindicatos de todo el mundo transmitieron mensajes que abogaban por la acción climática basada en el respeto de los derechos humanos.
En el día 11 de la COP28, celebrada en Dubái, el Plenario de los Pueblos, que reunió a representantes de la sociedad civil para articular sus expectativas para dicha Conferencia, dio un mensaje contundente:
“No hay justicia climática sin derechos humanos”.
A pesar de las iniciativas en curso, resonó una pregunta urgente: ¿por qué seguir asistiendo a la COP cuando el progreso parece mínimo? La respuesta rotunda fue que los gobiernos y las empresas no están cumpliendo con sus responsabilidades. Los activistas presentes en el plenario insistieron en que su participación en la COP sirve como un fuerte impulso para obligar a los gobiernos a actuar con decisión.
“Venimos a la COP a luchar, así como luchamos todo el año. Ya estamos sufriendo la devastación. ¿Cómo esperan que construyamos nuestro futuro cuando nos están privando de nuestros derechos?”,
expresó un joven de Sudán, que capturó la sensación de urgencia.
En representación de los trabajadores y los sindicatos, Bert De Wel, de la Confederación Sindical Internacional (CSI), enfatizó que los sindicatos están adoptando plenamente el desafío de la lucha contra el cambio climático. Al abogar por políticas climáticas urgentes, subrayó la condición de que los trabajadores no apoyarán medidas que conduzcan a la miseria y la pobreza para ellos. Bert describió la esencia de una Transición Justa, un concepto entrelazado con la solidaridad, la justicia, los empleos dignos y la calidad de vida para todas las personas, en todo el mundo. Hizo hincapié en la necesidad de justicia en varias áreas, incluido un alto el fuego inmediato en Palestina, la justicia para las mujeres —que se encuentran entre las más afectadas por el cambio climático— y la protección de los derechos indígenas.
Al referirse al papel fundamental de los derechos laborales en la justicia climática, Bert señaló la huelga en curso de los trabajadores de Tesla en Suecia. La empresa se niega a entablar negociaciones para concretar un convenio colectivo, lo que demuestra la importancia de las prácticas laborales justas en la transición hacia un futuro sostenible.
Joy Hernandez, de la CSI en la región de Asia-Pacífico, arrojó luz sobre la vulnerabilidad de los países de la región debido al cambio climático. Para los trabajadores, los desastres climáticos se traducen en pérdidas de empleos y medios de subsistencia. En definitiva, se trata de una cuestión de supervivencia. Hernandez destacó la lucha de las personas obligadas a migrar por motivos climáticos que, desplazadas por desastres naturales, se trasladan a ciudades donde faltan garantías laborales. Sin políticas de protección social, los trabajadores se quedan atrás.
Destacando la marginación de la clase trabajadora en las políticas climáticas, Hernandez argumentó que una transición sin la participación de los trabajadores exacerba las desigualdades y refuerza las políticas neoliberales. Asimismo, enfatizó la necesidad de proteger los derechos laborales para lograr una Transición Justa, así como advirtió contra el riesgo de que las políticas climáticas se conviertan en un campo de batalla que propicie los ataques a los derechos de los trabajadores.
Durante el cierre del Plenario de los Pueblos, el llamado colectivo a la justicia climática se hizo eco, exigiendo compromisos viables e inclusividad en la formulación de políticas para proteger los derechos y los medios de vida de todas las personas. Los participantes se comprometieron a continuar su lucha por un futuro sostenible, en la COP28 y más allá.