8 mayo, 2019Aprovechándose de las lagunas en las leyes que rigen las cooperativas, los empleadores del sector del textil y la confección han convertido sus fábricas en cooperativas falsas para no pagar salarios y prestaciones decentes.
Según la ley anterior, los trabajadores de las cooperativas eran autónomos y estaban exentos del pago de salarios mínimos y de cumplir las normas laborales. Sin embargo, esto cambiará con el Reglamento de la Ley de enmienda de las cooperativas (2013) que entró en vigor el 1 de abril.
De conformidad con la nueva reglamentación, las cooperativas deben cumplir las leyes laborales y demostrar que protegen los intereses de los miembros, requisito que dificultará la existencia de cooperativas falsas.
Sólo en la industria del vestido, se estima que 15.000 trabajadores son abusados por esas cooperativas que explotan a los trabajadores. Se establecen mediante amenazas de los propietarios de las fábricas de despedir a los trabajadores, a menos que sean miembros de la cooperativa, que sigue controlada por el propietario de la fábrica, quien decide las horas y las condiciones de trabajo.
"Si los trabajadores muestran su preocupación por cualquier cosa, son represaliados y despedidos inmediatamente", dice Andre Kriel, secretario general del afiliado a la IndustriALL la Southern African Clothing and Textile Workers Union (SACTWU).
Paule-France Ndessomin, secretaria regional de la IndustriALL para el África Subsahariana, dijo que es encomiable que se cierren las lagunas legales que permiten la explotación de los trabajadores.
“Es importante que las leyes siguen fortaleciendo los derechos de los trabajadores a salarios dignos y condiciones de trabajo decentes. Es inaceptable que se permitan ambientes en los que se pisotean los derechos de los trabajadores impunemente."
Las fábricas de prendas de vestir de Isithebe, en la provincia de KwaZulu-Natal, son conocidas por utilizar cooperativas falsas y pagar bajos salarios, y han sido acusadas de abusos de los derechos humanos, incluida la trata de personas. En febrero, se encontró a 100 trabajadores indocumentados de Lesotho y Eswatini viviendo en condiciones miserables en las fábricas textiles de New Castle durante una actuación del gobierno provincial para verificar el cumplimiento de la reglamentación por las empresas. Los trabajadores vivían en una pequeña habitación sin ventilación en las fábricas que se construyeron con muros altos para ocultar las increíbles condiciones de vida.