24 septiembre, 2015IndustriALL Global Union deplora las políticas antisindicales, represivas e ilegales, que aplica la empresa Chevron en Bangladesh. Nuestro sindicato mundial hace un llamado para que dicha multinacional del sector de la energía tome medidas para rectificar la situación.
Chevron realiza operaciones de exploración y extracción de petróleo y diésel en Bangladesh. Esta multinacional en cuestión, cuya sede está situada en EE.UU., lleva nueve años en Bangladesh, desde que adquirió las operaciones de Unocal.
Algunos de los 463 trabajadores de Chevron llevan entre 10 y 20 años trabajando en las instalaciones de Bangladesh. De los 463 trabajadores, sólo 37 cuentan con contratos de trabajo fijos; los demás tienen contratos temporales que se van renovando, en algunos casos desde hace 20 años. Esta práctica es contra la legislación laboral de Bangladesh que limita el empleo temporal a tres meses.
Durante muchos años, la administración de la empresa no ha prestado atención a las repetidas peticiones verbales y escritas de los trabajadores, quienes piden cambios en las inaceptables condiciones de empleo.
Después de sufrir muchos años de represión e intimidación, los trabajadores organizaron una asamblea general, en la cual decidieron formar un sindicato seccional, siguiendo el correspondiente proceso legal. El 14 de abril de 2015, el nuevo sindicato de trabajadores de Chevron solicitó registro oficial ante las autoridades laborales. Del total de 463 trabajadores, 218 se afiliaron al sindicato.
El 20 de mayo, 75 empleados presentaron casos ante el Tribunal del Trabajo, reclamando su derecho a tener una situación de empleo permanente.
La administración reaccionó agresivamente ante el registro oficial del sindicato de los trabajadores. El 26 de mayo, la administración movilizó a la policía y las fuerzas de seguridad para impedir el acceso a la oficina del sindicato. Bajo presión de la policía, los trabajadores realizaron una manifestación frente a la oficina.
Al día siguiente, 27 de mayo de 2015, Chevron colocó en la puerta de su oficina una lista de 17 trabajadores despedidos. La lista incluía a todos los dirigentes recién elegidos del nuevo sindicato, entre ellos su Presidente Saiful Islam, el Secretario General Kamaluddin, y Hasanur Rahman Manik, Secretario de Organización Sindical.
Ante estos despidos en masa, el sindicato respondió con manifestaciones, una huelga de hambre simbólica, una protesta en forma de cadena humana y una conferencia de prensa.
Luego, en busca de solidaridad y asesoría, los trabajadores se acercaron al sindicato nacional afiliado a IndustriALL, la Federación de Trabajadores de la Química, Energía y Afines de Bangladesh (BCEF).
Por su parte, Kutubuddin Ahmed, Presidente de la BCEF, señaló:
Aunque el sitio web de Chevron reafirma su compromiso con la Carta de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, ese compromiso está lejos de hacerse realidad en la práctica.
La BCEF exigió a Chevron el reintegro de los trabajadores despedidos; que sus contratos de trabajo pasen a ser permanentes; y permitir que los trabajadores establezcan un sindicato, conforme con la legislación laboral del país.
Chevron respondió diciendo que la empresa no era responsable del mal trato a los trabajadores, culpando una supuesta, pero falsa, relación de empleo triangular. Chevron negó que los trabajadores fueran empleados directamente, diciendo que eran empleados de una tercera parte, un intermediario laboral.
Por otro lado, Kemal Özkan, Secretario General Adjunto de IndustriALL Global Union, afirmó:
No vamos a permitir que Chevron despida impunemente a estos trabajadores. Si antes ya era un delito tener a sus trabajadores con contratos precarios durante tantos años, ahora es una vergüenza que hayan despedido a sus dirigentes elegidos.