15 febrero, 2019Las centrales sindicales de Brasil anunciaron que realizarán un Día nacional de lucha en defensa de la Previsión Social pública y universal, y contra el fin de la jubilación, el próximo 20 de febrero
Con esa jornada de movilizaciones van a rechazar el proyecto de reforma previsional con el que la administración del presidente de extrema derecha de Brasil, Jair Bolsonaro, intenta acabar con la estructura del sistema de jubilaciones del país.
El proyecto, (que será presentado en el Congreso el mismo 20 de febrero) busca suplantar el actual sistema de reparto, donde es el Estado quien gestiona las contribuciones de los trabajadores en un fondo único alimentado con retenciones, y crear un sistema de pensiones privado.
La transición paulatina sería hacia un “modelo de capitalización individual”, en el que la jubilación de cada trabajador dependerá de lo que haya podido ahorrar a lo largo de su vida laboral. El objetivo es lograr un ahorro fiscal cercano a los 3 billones de reales (unos 830.000 millones de dólares) en 10 años.
Según los dirigentes sindicales, el presidente Bolsonaro editó la Medida Provisional (MP) 871/2019 el 18 de enero, sin consulta previa a los trabajadores, y en desconocimiento de los principios de gestión democrática y del papel del Consejo Nacional de Previsión Social (CNPS).
Si bien se han hecho públicos pocos detalles, aseguran que redactó un programa de revisión de los beneficios y de reglas para acceder a las ayudas, con un paquete de medidas de desmonte y recorte de derechos. Con ellas excluye a miles de trabajadores de los derechos de la seguridad.
Las nuevas reglas y requerimientos tienen como objetivo dificultar o restringir el acceso a la pensión por muerte, auxilio-reclusión, licencia de maternidad, Beneficio de Prestación Continuada (BPC) y jubilación de los trabajadores rurales.
Esta reforma sigue el ejemplo de la privatización de la seguridad social que lideró el dictador Augusto Pinochet en la década de 1980, en Chile. Las pensiones actualmente son administradas por seis administradoras de fondos privados, conocidas como las AFP.
Las AFP les pagan a los ancianos menos del 40% de lo que ellos contribuyeron, lo que desencadenó numerosas protestas en contra del sistema.
Por su parte, el secretario regional de IndustriALL Global Union, Marino Vani, expresó:
“Nos solidarizamos con los sindicatos y trabajadores en Brasil. El discurso de una “reforma” es una mentira del Gobierno; lo que quieren es acabar con la jubilación universal y pública (pagada por los trabajadores y empresarios), para crear una caja de ahorros obligatoria solamente con cuotas de los trabajadores, exonerando los empresarios. Así los bancos tienen su ganancia cierta, y los trabajadores se quedan sin jubilación y con las pérdidas de sus aportes en la roleta rusa del mercado.”