16 abril, 2020Los sindicatos de la confección en Camboya proponen que las marcas y los fabricantes aporten, respectivamente, el 40 por ciento, y el gobierno el 20 por ciento, del salario mínimo para los trabajadores de las fábricas que suspendieron sus operaciones debido al brote de la COVID-19.
De acuerdo con las cifras oficiales, el brote de la COVID-19 ha conducido a la interrupción de la producción de 91 fábricas de prendas de vestir y al despido de 91.500 trabajadores del sector. Según los sindicatos, los trabajadores de la confección y las familias que dependen de ellos no pueden sobrevivir con US$ 70, una caída sustancial respecto al salario mínimo de US$ 190.
El 7 de abril, el gobierno camboyano anunció que los trabajadores despedidos temporalmente solo recibirían US$ 70 al mes, en lugar de una propuesta previa de US$ 114, de la cual los empleadores pagarían el 40 por ciento y el gobierno el 20 por ciento.
“Esperamos que las marcas puedan asumir parte de la responsabilidad al pagar el 40 por ciento del salario mínimo para apoyar a los trabajadores de la confección. Los fabricantes deberían aumentar su participación al 40 por ciento, dadas las ganancias que han obtenido durante años en Camboya”,
expresó Athit Kong, presidente de la Coalición Sindical Democrática de Trabajadores de la Confección de Camboya (CCAWDU), afiliada a IndustriALL Global Union.
“Cuando 15 fábricas de prendas de vestir suspendieron sus operaciones, 1180 de nuestros miembros perdieron sus empleos y 8000 fueron despedidos temporalmente. Ha habido protestas contra la falta de pago de los empleadores del salario del mes pasado”.
declaró Pav Sina, presidente del Sindicato Colectivo del Movimiento de Trabajadores (CUMW).
La secretaria regional de IndustriALL, Annie Adviento, sugiere que el gobierno camboyano entable un diálogo social con todos los sindicatos:
“En tiempos de crisis, el diálogo nacional con los sindicatos es esencial para encontrar una solución sostenible”.