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13 diciembre, 2019Tres países de América Latina se encuentran en las posiciones más altas del ranking global de la mayor concentración de la renta, datos que nuevamente dejan de relieve que es la región más desigual del mundo.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publicó el 9 de diciembre un informe sobre las desigualdades del desarrollo humano en el siglo XXI. De un total de 189 países y territorios analizados, ningún país de América se ubica en los diez primeros lugares de desarrollo humano.
Sin embargo, si lo hacen en el ranking de la mayor concentración de renta. Brasil figura como el segundo país con la mayor concentración de riqueza del mundo. Según el informe de la ONU, el 1% de los más ricos de Brasil concentra el 28,3% de la riqueza total del país.
En tercer lugar se encuentra Chile, con una concentración del 23.7% del ingreso total en manos del 1% más rico de la población. Un poco más abajo del ranking se encuentra Colombia, con 20.5%. El informe señala que en América Latina y el Caribe la percepción de injusticia en la distribución de la riqueza ha aumentado desde 2012.
A su vez, cita una encuesta de 2017 llevada a cabo en Chile, en la cual el 53% de los participantes afirmaron que les preocupaba la desigualdad de ingresos. Además, expresaron un mayor descontento por la desigualdad en el acceso a facetas clave del desarrollo humano, como la salud y la educación, así como en el respeto y la dignidad con que se trata a las personas.
El informe recalca que el cambio climático, la desigualdad de género y los conflictos violentos también siguen provocando y consolidando las desigualdades básicas y otras nuevas que van surgiendo. Afirma que la crisis climática está afectando a los más pobres, al tiempo que los avances tecnológicos, como el aprendizaje automático y la inteligencia artificial, pueden dejar atrás a grupos enteros de personas.
El documento destaca que las desigualdades del desarrollo humano dañan las sociedades y debilitan la cohesión social y la confianza de la población en los gobiernos. La ONU concluye que los políticos tienen la opción de promover inversiones en la salud y la nutrición de los niños de corta edad, en pro del acceso al capital, en los salarios mínimos y los servicios sociales que, si se combinan correctamente para responder al contexto de cada país o grupo, se traducirán en una inversión en igualdad y sostenibilidad a lo largo de toda la vida.
Por su parte, el secretario regional de IndustriALL Global Union, Marino Vani, expresó:
“La desigualdad, la concentración de renta de recursos materiales y del poder, son resultados del modelo económico global y local impuesto a nuestros países. Lo imponen a partir de dictaduras, golpes de estado y sociedades basadas en democracias y partidos políticos frágiles con baja representación y capacidad propositiva, y con poca o ninguna negociación colectiva con los sindicatos.
Hay que actuar con perspectiva de desarrollo a largo plazo. La democracia no puede ser simplemente la igualdad ante la ley, sino que debe promover políticas de igualdad y equidad. Tendremos que distribuir la riqueza, los bienes materiales, el conocimiento, aumentar los salarios, su poder de compra, reducir la jornada laboral y redistribuir el trabajo. Es necesario establecer una renta mínima, garantizar derechos a los servicios básicos y políticas públicas redistributivas.
Actuemos contra la desigualdad, promoviendo más democracia, partidos políticos fuertes, y sindicatos con mayor poder de negociación y contratación colectiva.”