11 noviembre, 2016Blogs del director de sostenibilidad de la IndustriALL, Brian Kohler, sobre el cuarto día de la vigésimo segunda Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP22), 10 de noviembre en Marrakesh (Marruecos).
La buena noticia es que la transición justa se ha convertido en un tema de conversación común en esta COP. Se trata realmente de un salto adelante desde hace unos años, en que apenas podíamos conseguir que alguna de las Partes (gobiernos) hablara de ello, La mala noticia es que pocos de los que utilizan la frase la entienden, o desean emplearla para alcanzar objetivos que no tienen nada que ver con la justicia social para los trabajadores de hoy o de mañana.
El ámbito principal y más importante en el que la transición justa podría hacerse operativa es el de los debates sobre “medidas de respuesta” y por eso es en el que hemos centrado nuestros mayores esfuerzos. Los sindicatos han presionado con éxito a algunos gobiernos para que apoyen nuestra causa. Cabe destacar que Canadá y los países nórdicos, y algunos otros, han apoyado las medidas de transición justa. Estados Unidos también ha mostrado su respaldo, aunque con la elección de Donald Trump eso puede cambiar rápidamente. Todavía no se ha tomado una decisión acerca de la creación propuesta de un comité de expertos sobre medidas de transición justa.
En otros debates ha habido algunas discusiones sobre el aumento del nivel de ambición para limitar el calentamiento global a menos de 1,5 grados centígrados, al igual que la estructura de los procesos de rendición de cuenta y verificación respecto a las contribuciones determinadas a nivel nacional. En relación con esto, en el Primer Balance Mundial se tiene que elaborar un vigoroso proceso de recopilación de información y verificación. También las finanzas son objeto de acalorados debates.
El acceso a algunas de las liberaciones ha planteado un problema, ya que las Partes son cada vez más partidarias de celebrar reuniones a puerta cerrada, a pesar de que el Acuerdo de París y el proceso de la CMNUCM garantizan el acceso a las organizaciones observadoras, en la mayor medida posible.