4 noviembre, 2014Desde la Primavera Árabe en 2010, los sindicatos han trabajado en Túnez con el Gobierno y los partidos políticos para mantener la estabilidad y evitar la violencia que se vive en los países vecinos. Sin embargo, los sindicatos no han jugado un gran papel en la formulación de políticas, la legislación laboral no se aplica y no sirve los intereses de los trabajadores.
En un taller celebrado en Túnez los días 30 y 31 de octubre, los afiliados a la IndustriALL Global Union discutieron sobre la manera de influir mejor en la formulación de la política industrial en sus países. Afiliados de Francia y Alemania compartieron sus experiencias en la movilización sobre cuestiones de la política industrial.
Si bien la sindicación crece en Túnez, sigue habiendo muchas violaciones de derechos en el sector privado. Los sindicatos han dialogado continuamente con el Gobierno y con los partidos políticos, pero no existe una política industrial sostenible clara. En Túnez hay numerosas empresas multinacionales (EMN), y la principal preocupación es el empleo.
En Marruecos hay empleo en fábricas relacionadas con EMN, particularmente en las industrias de la confección y la electrónica, pero las condiciones de trabajo son malas y hay poco control del Gobierno sobre ellas. La mayoría de las empresas incumplen la legislación sobre el medio ambiente.
Los participantes convinieron en que los sindicatos tienen que dialogar con los gobiernos y los empleadores para que haya más control sobre el desarrollo de las industrias donde trabajan sus miembros. Los sindicatos de Francia y Alemania dieron ejemplos de cómo han logrado trabajar con sus miembros sobre estas cuestiones. La campaña comienza con la formación de los miembros sobre los problemas, la elaboración de posiciones y propuestas sobre la política sindical mediante la discusión y la movilización para apoyarlas. Se ha tenido particularmente éxito en el trabajo a nivel local para salvar plantas amenazadas merced a la movilización de los miembros, el trabajo con la comunidad local y la formulación de propuestas alternativas.
En Alemania, varias empresas de energía eólica marina se han instalado en Bremerhaven, donde la construcción naval de hundió, llevándose consigo varios miles de empleos calificados. Ahora hay cada vez más empleo para dar servicio a la industria en desarrollo. En Francia, un nuevo propietario se hizo cargo de un astillero en Marsella, tras una huelga que duró más de 500 días. Los trabajadores habían aducido que la actividad empresarial era viable y que el astillero no se debía cerrar, y ahora la cartera de pedidos está repleta para 3 años. Entre otros ejemplos de la acción sindical cabe citar la cooperación del sindicato alemán con los empleadores de la industria química, actividad que permite reducir el consumo de energía al tiempo que aumenta la producción, y una movilización masiva de 20.000 trabajadores en París con la que se logró que un órgano tripartito nacional se ocupe del futuro de la industria.
Los participantes concluyeron que los sindicatos tienen derecho a intervenir en la adopción de decisiones en las industrias donde trabajan sus miembros. Hay una necesidad urgente de que los sindicatos creen su capacidad para poder dialogar con los gobiernos y los empleadores al objeto de influir en la futura orientación de la industria. Los sindicatos habrán de comprometerse políticamente para conseguir sus fines, y para ello es esencial trabajar con la con la sociedad civil.
Una demanda clave de los sindicatos es el diálogo social sectorial tripartito que permita a sus miembros ayudar a configurar la futura orientación de sus industrias.