20 agosto, 2020Los trabajadores y activistas siempre están en la primera línea de las luchas por el cambio. Bielorrusia no es una excepción: cuando el régimen no logró engañar al mundo con resultados electorales falsificados, la población respondió con grandes manifestaciones.
A pesar de la violenta represión, las autoridades no lograron detener las manifestaciones. Ahora están enfocando sus herramientas represivas en los trabajadores en huelga. Mientras muchas de las 7000 personas detenidas desde que las protestas envolvieron a Bielorrusia el 9 de agosto permanecen en prisión, IndustriALL ha recibido informes alarmantes de que las autoridades están usando sus herramientas de opresión contra trabajadores que tomaron medidas de huelga para exigir un cambio.
A las 11 de esta mañana, Dmitri Kudelevich, miembro del comité de huelga de Belaruskaliy, fue denunciado como desaparecido por sus colegas. Otro huelguista, Maxim Filanovich, también fue denunciado como desaparecido, pero más tarde pudo comunicarse telefónicamente con sus colegas. Los sindicatos temen que continúen las denuncias de líderes y activistas secuestrados.
Ayer, la Comisión Europea anunció una serie de medidas para apoyar a la población de Bielorrusia. Los sindicatos independientes del país creen que esto es útil, pero no suficiente para permitir que la gente reconstruya la democracia. Se necesita una mayor participación de la comunidad internacional, que debe centrarse en los problemas de los trabajadores. El Gobierno está utilizando contratos a corto plazo como una herramienta para la represión política, y cualquier condena a la opresión en Bielorrusia debe contener un compromiso con los derechos de los trabajadores.
IndustriALL, sus predecesores y afiliados han seguido de cerca la situación de los derechos sindicales en Bielorrusia desde el 2000, cuando se presentó una denuncia de varios sindicatos a la Organización Internacional del Trabajo. El motivo de la denuncia fueron las violaciones sistemáticas y repetidas de los derechos de los trabajadores, incluso a través de un sistema de contratos a corto plazo utilizados para castigar a trabajadores y activistas. Los contratos a corto plazo llevaron a que miles de activistas sindicales perdieran sus trabajos por organizar o unirse a sindicatos independientes.
Otra razón fueron las leyes draconianas que regulan la creación de sindicatos independientes y la declaración de huelgas, que han dado como resultado el desmantelamiento casi total de los sindicatos independientes y democráticos.
En un contexto de continuo declive económico debido a la incapacidad del Gobierno para implementar una estrategia económica viable y atraer inversión extranjera, y en ausencia de un sistema de consulta dentro de la sociedad, precisamente el papel de los sindicatos, Lukashenko introdujo impuestos a los desempleados. Esto transfirió la responsabilidad del fracaso del Gobierno a los hombros de los más vulnerables, lo que provocó una ola de protestas en 2017-2018.
Finalmente, Lukashenko manejó mal la COVID-19. Su respuesta incluyó la negación y medidas de protección insuficientes, dejando a la población sola para hacer frente a la pandemia.
Esta fue la gota que colmó el vaso para que la gente reaccionara con fuerza ante los resultados electorales falsificados.
Los sindicatos temen que Lukashenko vuelva a utilizar su maquinaria administrativa de represión para aplastar a quienes se oponen a él. Ya ha comenzado: los trabajadores en huelga han comenzado a recibir notificaciones de despido.
Los sindicatos bielorrusos están pidiendo apoyo internacional. Manifiestan que los trabajadores son los primeros en la línea de represión, especialmente los más activos y valientes que organizan huelgas.
Los secretarios generales de IndustriALL Global Union e IndustriAll Europe, Valter Sanches y Luc Triangle, emitieron una declaración que expresa:
“Nuestras organizaciones exhortan al Gobierno de Bielorrusia a que detenga de inmediato la violencia, la persecución y los arrestos, y libere a todos los líderes sindicales, activistas y representantes de la sociedad civil encarcelados”.
IndustriALL Global Union, que unifica los intereses colectivos de más de 50 millones de trabajadores industriales en 143 países, insta a sus afiliados y a los trabajadores del mundo a solidarizarse con los trabajadores de Bielorrusia.