1 julio, 2021Ante la ausencia de vacunas contra la COVID-19 que puedan reducir su prevalencia, frenar las mutaciones, las enfermedades graves y la muerte, la región se encamina hacia una catástrofe si los gobiernos, los empleadores y otras partes interesadas no toman medidas inmediatas, según los afiliados de IndustriALL Global Union de África Subsahariana.
Con hospitales, clínicas y otras instalaciones de salud pública desbordados y quedándose sin camas de cuidados intensivos, los sindicatos opinan que, ante una pandemia creciente que ha aumentado las muertes en un 40 por ciento en los últimos meses, la vacunación ha pasado a ser urgente. Según el Centro Africano para el Control de Enfermedades, al 27 de junio había 140.976 muertes, 4.736.725 recuperaciones y se habían realizado 52.059.658 pruebas.
Los informes indican que en algunos países se ha detectado la variante delta, altamente contagiosa, y actualmente las infecciones en la región son las que crecen a mayor velocidad de todo el mundo. Algunos gobiernos, incluidos la República Democrática del Congo, Kenia, Namibia, Sudáfrica, Uganda y Zimbabue, están endureciendo los confinamientos y las regulaciones vinculadas a la COVID-19 para contener la propagación.
Los sindicatos presentes en los sectores minero, textil, de la confección, del calzado y el cuero, químico, farmacéutico y manufacturero están manifestando su preocupación por la lentitud con la que se están llevando a cabo las vacunaciones contra la COVID-19 en sus países.
Sipho Mungwe, secretario de salud y seguridad del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros (NUM) de Sudáfrica, expresó:
“El NUM está profundamente preocupado por la creciente prevalencia de las infecciones de COVID-19 en los lugares de trabajo y está impulsando un llamado a la acción con el fin de apoyar una rápida campaña de vacunación. Sin embargo, el programa de vacunación debe respetar los derechos de los trabajadores”.
Según los informes, los programas de vacunación son los más bajos del mundo, con menos de 3,7 dosis inoculadas contra la COVID-19 por cada 100 habitantes en África, en comparación con 67 por cada 100 en Europa y 73 por cada 100 en América del Norte.
Los sindicatos afirman que este aumento está empeorando una crisis económica y de salud pública que ha generado la enfermedad y la muerte de miles de trabajadores. Millones de personas han perdido sus puestos de trabajo, mientras que los salarios a veces se retrasan o no se pagan. La debilidad de los sistemas de seguridad social ha empeorado la situación y la pobreza y el desempleo han aumentado.
Los sindicatos consideran que la vacunación es una de las soluciones a la crisis y están apoyando el mecanismo Covax, que se creó con el objetivo de adquirir vacunas para los países en desarrollo. Covax, una asociación entre CEPI, Gavi, UNICEF y la OMS, se sustenta en la colaboración mundial para el desarrollo, la producción y el acceso equitativo a las pruebas, tratamientos y vacunas para la COVID-19.
“Hemos lanzado una campaña en línea en las redes sociales para promover la vacunación y también hemos creado una plataforma de mensajería en línea para que nuestros delegados sindicales involucren a las empresas y sensibilicen a los trabajadores sobre la necesidad de la vacunación, con el fin de contrarrestar la desinformación. También estamos utilizando la plataforma de mensajería para llegar a nuestros miembros. Esta es la forma en la que podemos hacer campaña dado que estamos en confinamiento”,
manifestó Justina Jonas, secretaria general del Sindicato de Trabajadores del Metal y Afines de Namibia.
Además, los sindicatos apoyan al Equipo de Trabajo para la Adquisición de Vacunas de África, cuyo objetivo es lograr una inmunización del 60 % en el continente, y a los acuerdos bilaterales de vacunas.
Los sindicatos también están apoyando la fabricación local. Por ejemplo, en Sudáfrica, los sindicatos respaldan la fabricación de la vacuna de Johnson and Johnson a través de la empresa farmacéutica local Aspen Pharmacare.
Además, los sindicatos aprueban las propuestas de exención de los ADPIC presentadas a la Organización Mundial del Comercio (OMC) por la India y Sudáfrica, ya que esto mejorará la fabricación de vacunas.
Los sindicatos también buscan que la COVID-19 sea declarada enfermedad profesional para que los trabajadores puedan recibir una indemnización cuando se enferman o mueren a causa de ella, y continúan realizando campañas de sensibilización, promoviendo el uso de mascarillas, la desinfección de manos y una mejor ventilación de los espacios interiores como parte de sus programas de salud y seguridad.
Paule France Ndessomin, secretaria regional de IndustriALL para África Subsahariana, señaló:
“Se necesita un esfuerzo conjunto por parte de los sindicatos, los gobiernos, los interlocutores sociales y las iniciativas mundiales, que incluyen a Covax y la campaña de exención de los ADPIC. La fabricación local de vacunas también es clave para que estas sean accesibles. La equidad en materia de vacunación es necesaria porque la COVID-19 es una pandemia mundial y los países desarrollados no pueden acaparar vacunas que se necesitan con urgencia en África Subsahariana y otros países en desarrollo”.