21 marzo, 2024Ante el creciente reconocimiento de que el autocontrol voluntario de las fábricas por parte de las empresas es un mecanismo ineficaz, aumenta el interés en los acuerdos vinculantes entre las multinacionales y los sindicatos como un medio más confiable para lograr una verdadera diligencia debida en materia de derechos humanos en las cadenas de suministro. El 14 de marzo, IndustriALL coorganizó, junto con la Contraloría de la Ciudad de Nueva York, la tercera de una serie de mesas redondas de inversores sobre el tema.
Se está generando impulso para garantizar la debida diligencia en materia de derechos humanos en las cadenas de suministro. A medida que IndustriALL continúa trabajando para expandir y fortalecer los acuerdos vinculantes negociados con las multinacionales, también está sensibilizando a los inversores sobre por qué estos acuerdos son clave para poner fin a las graves violaciones de los derechos humanos en las cadenas de suministro mundiales, así como para lograr un cambio positivo a nivel sistémico y sectorial.
El 14 de marzo, IndustriALL coorganizó, junto con la Contraloría de la Ciudad de Nueva York, la tercera de una serie de mesas redondas de inversores sobre estos acuerdos vinculantes. Los gestores y propietarios de activos participantes representaban varios billones de dólares en activos bajo gestión. También se formó un grupo de trabajo de inversores para llevar adelante este trabajo.
Ante al creciente reconocimiento de que el autocontrol voluntario de las fábricas por parte de las empresas, o la auditoría social, es un mecanismo ineficaz, aumenta el interés en los acuerdos vinculantes. Un ejemplo emblemático es el Acuerdo Internacional para la Salud y la Seguridad en la Industria Textil y de la Confección, formado a raíz del derrumbe de la fábrica Rana Plaza en Bangladesh en 2013, que dejó más de 1100 de trabajadoras y trabajadores muertos y miles más heridos.
Este Acuerdo ilustra algunas de las diferencias fundamentales entre los acuerdos vinculantes y las auditorías comerciales, que incluyen la gobernanza (la participación de los trabajadores está incorporada, lo que aumenta la estabilidad y el apoyo); la rendición de cuentas (tanto un mecanismo de quejas de los trabajadores como el arbitraje vinculante proporcionan más fuerza y prevén consecuencias en caso de incumplimiento); la transparencia, en forma de informes públicos; y la independencia (las fábricas son inspeccionadas por expertos calificados e independientes). Este Acuerdo ha ayudado a reducir drásticamente las violaciones relacionadas con la salud y seguridad laboral (SSL) en las fábricas adheridas, a capacitar en SST a más de 1,7 millones de trabajadores y ha proporcionado un sólido mecanismo de reclamación y reparación a las personas afectadas.
Sin embargo, la auditoría social sigue siendo un gran negocio. Según algunas estimaciones, la industria de la auditoría genera 80 mil millones de dólares al año. Muchos minoristas y marcas multinacionales y minoristas parecen no estar dispuestos a renunciar a ella, a pesar de su lamentable historial en materia de derechos humanos y de su incapacidad para reducir los riesgos a los que se enfrentan las empresas con cadenas de suministro inseguras, ya sean estos riesgos reputacionales, jurídicos, financieros u operativos.
Los acuerdos vinculantes no tienen el potencial de prevenir y mitigar los abusos graves de los derechos humanos en las cadenas de suministro mundiales, así como de ofrecer vías de reparación genuinas a los trabajadores cuyos derechos han sido violados, sino que también pueden ser un mejor indicador de la diligencia debida de la cadena de suministro, como lo exige la legislación emergente en múltiples jurisdicciones. Esto significa que tienen más probabilidades que la auditoría social de reducir el riesgo en las cadenas de suministro y, por lo tanto, en las carteras de los inversores que poseen acciones en estas empresas globales.
Christina Hajagos-Clausen, directora del sector textil de IndustriALL, expresó:
“Esta es la razón por la que IndustriALL está trabajando con inversores institucionales para generar conciencia sobre los riesgos involucrados. Los accionistas son un actor importante en el cambio del comportamiento corporativo, y las conversaciones con ellos indican su impaciencia con la inercia en torno a la auditoría social. También están buscando alternativas a este modelo y formas de involucrar a sus empresas".
Contraloría de la Ciudad de Nueva York
La Contraloría administra los activos de cinco fondos públicos de pensiones, que constituyen los ahorros de jubilación de más de 700.000 empleados actuales y anteriores de la ciudad de Nueva York. Se trata del cuarto fondo público de pensiones más grande de Estados Unidos.