18 febrero, 2013Envíen cartas de solidaridad a un grupo de trabajadores de México en Calzado Sandak, filial de la Bata Shoe Company, que trató hace dieciocho meses de cerrar ilegalmente su planta sindicada y desplazó la producción al domicilio de los trabajadores o a pequeños talleres.
El Sindicato Único de Trabajadores de Calzado Sandak se mantiene firme. Exige que la fábrica vuelva a abrir, y desde hace dieciocho meses vigila desde el exterior la planta de Bata en Tlaxcala, al este de México, día y noche para impedir que se lleven la maquinaria. A pesar de las inmensas dificultades que afrontan, esos valientes sindicalistas están decididos a continuar su lucha. Envíen sus mensajes de solidaridad desde todo el mundo y háganles saber que no luchan solos.
Los problemas en Calzado Sandak empezaron en diciembre de 2010, con lo que, al principio, parecía ser una buena noticia: la compañía ofrecía entablar negociaciones sobre sueldos y trabajo a destajo sin esperar a que expirara el convenio colectivo. Pero, al despedir luego la compañía a la mitad de los trabajadores y obligarles a renunciar para retener los salarios pendientes de pago, resultó evidente que los aumentos salariales habían sido una tentativa para justificar la reducción de operaciones por los crecientes costos de la mano de obra.
En julio de 2011, apenas dos semanas después de firmar un acuerdo con el sindicato sobre seguridad de empleo, la compañía despidió a los trabajadores restantes, sin pagarles dos semanas de sueldo, y les ofreció la posibilidad de trabajar a domicilio o cobrar una indemnización. El calzado de Bata se fabrica ahora por trabajadores a domicilio y en pequeños talleres, en condiciones antirreglamentarias, incluida la utilización de mano de obra infantil.
La compañía optó por hacer caso omiso de la ley, según la cual tenía que haber obtenido primero la aprobación de las autoridades laborales, sobre la base de un examen de los resultados de la compañía y de una evaluación de si el cierre estaba justificado.
Los miembros sindicales se mantienen firmes en su petición de que se reabra la planta. Muchos de ellos están enfermos, como resultado de varios años de utilización de sustancias tóxicas sin protección, y ahora se les ha negado la atención médica porque la compañía les ha privado de su seguridad social.
Esto ha tenido consecuencias trágicas. En agosto, uno de los trabajadores en huelga, María Luisa Hernández Moreno, diabética, fue golpeada por un guarda de seguridad. Jamás se recuperó, y al no recibir atención médica su salud se deterioró. Seis meses después falleció.
El sindicato pide que Calzado Sendak reabra y negocie de buena fe con el sindicato, y que hasta que eso suceda la compañía siga haciendo sus contribuciones a la seguridad social. La IndustriALL Global Union apoya plenamente esas demandas.
Bata está acusada también de graves violaciones de los derechos sindicales de sus empleados en Malasia, Kenia y Sudáfrica.
Envíen sus mensajes de solidaridad a los trabajadores por correo electrónico desde esta página web o suban un videomensaje de apoyo en youtube. Contacto para más información: [email protected].