19 diciembre, 2017La solidaridad se da en formas muy diversas. Este año, que comenzó con represión de los derechos laborales en Bangladesh, también se caracterizó por protestas en todo el mundo para luchar por los derechos de los trabajadores y trabajadoras en la industria de la confección, y para que este sector sea sostenible.
2017 comenzó con represión masiva contra la fuerza de trabajo en el sector fabril para exportación de Bangladesh, lo que resultó en el encarcelamiento de 35 dirigentes sindicales, clausura de oficinas de sindicatos, y el despido ilegal de más de 1.000 trabajadores/as por haber pedido en forma colectiva salarios más altos y mejores condiciones de trabajo. Al otro lado del mundo, en Nicaragua, trabajadores y trabajadoras fueron despedidos y encarcelados por haber declarado una huelga.
Ante esta injusticia, protestaron sindicatos de la confección en todo el mundo. Desde Nueva York hasta Tokio y Ámsterdam, el apoyo solidario para estas luchas llegó en forma de cartas a gobiernos y marcas mundiales, y con protestas y peticiones.
Informar a otros sobre su experiencia
Workers United, organización norteamericana afiliada a IndustriALL, fue fundada originalmente por trabajadores/as inmigrantes de la confección que, aunque vinieron a Estados Unidos y Canadá buscando una vida mejor para ellos y sus familias, debieron enfrentar pobreza y explotación en su trabajo. Workers United realiza anualmente un seminario de capacitación en el verano para representantes recién elegidos por los trabajadores/as.
Este verano, IndustriALL celebró una sesión dedicada al sector mundial del textil, confección, cuero y calzado, centrando su atención en la importancia de la solidaridad mundial y en cómo la historia de Workers United se vincula con la cadena de suministro mundial de textiles y prendas de vestir. Los miembros de Workers United formaron sindicatos que mejoraron sus vidas, ayudando a llevar reformas sociales a sus respectivos países, mejorando de este modo la vida de millones de personas.
David Melman, de Workers United, resumió los orígenes de esa organización:
La historia de estos inmigrantes le dio a nuestro sindicato una conexión permanente con la fuerza de trabajo del sector textil y de la confección en todo el mundo. Su historia es nuestra historia, su lucha es nuestra lucha.
Por su parte, Tyrell Milton, representante de Workers United en la empresa Fanatics, que fabrica uniformes de béisbol, agregó:
Los trabajadores y trabajadoras que ayudaron a fundar los sindicatos y que llegaron a formar Workers United enfrentaron condiciones terribles en las maquiladoras, sin embargo pudieron crear un sindicato que aún hoy continúa su labor.
Es una locura que en 2017 los trabajadores y trabajadoras de la confección en todo el mundo sigan enfrentando la misma explotación. Me alegró saber que estamos ayudando a nuestros compañeros y compañeras a crear sindicatos, luchando por sus derechos.
En noviembre de este año, delegados de sindicatos afiliados a IndustriALL, provenientes de Honduras, Nicaragua, Bangladesh, Sri Lanka y Nepal, viajaron a Silkebog, que fuera antiguamente el centro textil de Dinamarca, como parte de un intercambio internacional sobre cómo lograr trabajo digno en el sector del textil, confección, cuero y calzado.
La seccional local de 3F, organización danesa afiliada a IndustriALL, organizó el intercambio con los representantes internacionales y delegados sindicales locales de marcas mundiales con sede en Dinamarca, Mascot, el mayor fabricante europeo de indumentaria de trabajo, y también con Egetaepper, empresa mundial de fabricación de alfombras.
Tony Nielson, miembro del comité internacional de 3F, que representa a la seccional de Silkebog, señaló:
Queremos luchar para que todos los trabajadores y trabajadoras tengan los mismos derechos. La fuerza de trabajo de Dinamarca ha logrado esto a través de su lucha, y debemos hacer que otros se beneficien de estos avances. Al mismo tiempo, también nos favorece a nosotros proveer esta ayuda.
Los trabajadores y trabajadoras de Mascot han dado un paso más en el campo de la solidaridad mundial: por medio de la negociación colectiva, los miembros de la seccional local en esa empresa han logrado que, como parte de su convenio salarial, 50 øre (US$ 0,08) por hora pasen a un fondo global.
Shervin Firouzian, miembro afiliado de 3F en Mascot, agregó:
En vista de lo que algunos trabajadores y trabajadoras han tenido que soportar para lograr trabajo digno, este pequeño aporte solidario es una de las maneras en que podemos ayudar a apoyar la lucha mundial por los derechos de la fuerza de trabajo.