30 abril, 2014Las instituciones financieras internacionales han manifestado su "preocupación" por la desigualdad cada vez mayor que existe en el mundo. IndustriALL tiene la solución: los ricos deben pagar la parte justa de los impuestos, se deberían aumentar los salarios mínimos, y garantizar protección social para todos los ciudadanos.
La diferencia entre ricos y pobres fue uno de los principales temas del Foro Económico Mundial en enero de 2014. Ahora, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial han expresado preocupaciones respecto a la desigualdad que reina en el mundo, pero las élites han presentado pocas soluciones.
En casi todos los países, la brecha entre ricos y pobres va en aumento. Un porcentaje cada vez mayor del dinero de los más ricos tiene su origen en herencias. El economista francés Thomas Piketty habla de "capitalismo patrimonial", señalando que los diez estadounidenses más ricos no han acumulado sus riquezas por vía de sus empresas ni por su esfuerzo personal, sino por su fortuna heredada.
Estos oligarcas contribuyen poco a la economía nacional. En EE.UU., el partido republicano redujo de un 39,6% a un 15% los impuestos máximos que se podían cobrar respecto a los dividendos (gravados como ingresos ordinarios), y se eliminó el impuesto sobre bienes inmuebles. Un nuevo plan de la derecha pide la eliminación total de los impuestos a los intereses, dividendos y a la plusvalía. ¡Qué simpática la vida sin impuestos! ¡A quién importan los pobres!
Paul Krugman, economista ganador del premio Nobel, ha señalado también que en EE.UU. los ingresos por concepto de capital se concentran en las manos de unas pocas personas. En 1979, el 1% de los hogares recibía un 17% de los ingresos por actividades empresariales. En 2007, este mismo pequeño grupo percibía un 43% de los ingresos por actividades empresariales, y un 75% de las ganancias que provenían de venta de acciones e inversiones.
EE.UU. no es el único país donde se produce una situación de esta naturaleza. En Rusia en la década de 1990, los oligarcas se apropiaron de los recursos nacionales de petróleo, gas y minerales por un precio irrisorio durante tenebrosas privatizaciones. Incluso en la China, está surgiendo una nueva élite empresarial, uniéndose a los multimillonarios en Indonesia, Tailandia y otros países asiáticos que tienen bajos impuestos.
El problema para la democracia es que estos oligarcas tienen un inmenso poder. Tienen suficiente dinero como para comprar la influencia necesaria para reducir al mínimo su contribución al bien común.
Sin embargo, parte de la solución es que los inversionistas en la bolsa, herederos y empresas deberían asumir la parte justa, que les corresponde, de la financiación de la infraestructura, la educación, la protección social y servicios públicos de calidad. No hay ninguna razón que justifique que la gente con grandes fortunas pague menos impuestos que los asalariados comunes y corrientes.
En un mundo sin fronteras, el capital se traslada fácilmente de un lugar a otro. IndustriALL apoya la campaña internacional por la justicia fiscal y contra los paraísos fiscales. A pesar de algunas pequeñas medidas tomadas por los gobiernos, los individuos ricos y las grandes empresas multinacionales están eludiendo intencionalmente pagar los impuestos.
El mejoramiento de las condiciones de los pobres es una manera eficaz de reducir la desigualdad. IndustriALL presta firme apoyo a las campañas para que continúen aumentando los salarios mínimos en países como Bangladesh, Camboya e Indonesia, donde se ha mejorado la vida de decenas de millones de personas en los últimos dos años, gracias a los aumentos que se han alcanzado, de 50% a 80%. Continuará la movilización para alcanzar el nivel de un salario digno.
La protección social universal es igualmente importante. Según la Encuesta Mundial 2013 de la CSI, en todo el mundo la gente quiere atención médica asequible (97%), educación (97%), ingresos dignos durante la jubilación (96%), y acceso asequible a guarderías infantiles (92%). Sin embargo, casi el 80% de la población mundial no cuenta con protección social adecuada.
Reducir la desigualdad es una cuestión de voluntad política, valores y lucha. ¡Trabajemos juntos para desarrollar el poder sindical, movilizándonos en favor de la justicia económica y social!
Jyrki Raina
Secretario General