18 agosto, 2015Mientras más se presiona a las empresas multinacionales (EMN) para que respondan por las violaciones de los derechos laborales en sus cadenas de suministro a nivel mundial, los sindicatos revelan con certeza que estas violaciones se originan en las políticas de abastecimiento de las propias multinacionales. Respondiendo a esta situación, los sindicatos han desarrollado nuevos modelos de cooperación para cambiar las defectuosas prácticas empresariales. IndustriALL está trabajando con las principales marcas de ropa en un proceso conocido como ACT que procura crear un mecanismo que pueda aumentar los salarios de una manera sostenible y de cumplimiento obligatorio.
En las cadenas de suministro del sector de la confección, están generalizadas condiciones laborales en las que se explota a los trabajadores y trabajadoras, quienes se ven obligados a trabajar largas horas, a menudo mucho más allá de los límites legales, por salarios miserables y en malas condiciones.
Varias décadas de campañas públicas y repetidos incendios y derrumbe de edificios que ocasionan muchas muertes han producido gran publicidad negativa sobre las condiciones laborales en las cadenas de suministro de prendas de vestir. Sin embargo, las compañías que encabezan esas cadenas no han sido capaces de introducir los cambios fundamentales que son necesarios.
Nuevos modelos de cooperación
Los programas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) están basados en auditoría y cumplimiento para tratar de mejorar las condiciones laborales en las fábricas de suministro. Sin embargo, esta labor unilateral, voluntaria y no vinculante ha fracasado notoriamente, sea para mejorar los salarios y las horas de trabajo o para procurar que se respete el derecho de los trabajadores a afiliarse a un sindicato. Es muy conocido el hecho de que los organismos de auditoría social y certificación SAI y BSCI produjeron informes positivos sobre Ali Enterprises antes de que se incendiara, donde fallecieron 254 trabajadores, y también sobre Rana Plaza antes del derrumbe, donde las víctimas fallecidas alcanzaron a 1129 trabajadores.
Jenny Holdcroft, Directora de Políticas de IndustriALL, señaló al respecto:
Las violaciones de los derechos de los trabajadores y trabajadoras de la confección, los bajos salarios y jornadas de trabajo excesivamente largas son un problema mundial al cual hay que responder a nivel mundial. Se necesitan cambios fundamentales en la forma de organizar la producción en las cadenas de suministro de prendas de vestir, para así ayudar a los trabajadores que perciben salarios miserables y horas de trabajo agobiantes.
Quizá este cambio tan fundamental sea el legado del derrumbe de Rana Plaza. El Acuerdo de Bangladesh sobre Seguridad en la Construcción de Edificios y de Instalaciones de Sistemas contra Incendios es un acuerdo jurídicamente vinculante entre sindicatos mundiales y más de 200 empresas de confección de vestuario.
Gracias a su experiencia en el mencionado Acuerdo, los sindicatos y las empresas han identificado los elementos que deben estar presentes para que las estrategias que se apliquen sean eficaces para mejorar las normas laborales en las cadenas de suministro:
- Esta labor debe realizarse con la colaboración y participación de los compradores, de las fábricas, y de los trabajadores y sus sindicatos
- Se debe abordar las causas fundamentales de los problemas, incluidas las prácticas de compras
- Las estrategias deben incluir compromisos a largo plazo de quienes compran productos a los proveedores con el fin de proporcionar un incentivo para el cumplimiento, así como el establecimiento de sanciones si no lo hicieran.
Gracias a estas experiencias, se ha hecho posible que las empresas de la confección se unan a IndustriALL Global Union para aplicar este enfoque centrado en la cuestión de salarios dignos para este sector, en un proceso conocido como ACT.
Identificar las causas fundamentales
En la actualidad, los trabajadores y trabajadoras de la confección no cuentan con suficiente representación sindical: los sindicatos se enfrentan a enormes obstáculos de parte tanto de las empresas como de los gobiernos, que impiden el trabajo de sindicalización. A nivel mundial, más del 90% de los trabajadores del sector de la confección no tienen posibilidad de realizar negociaciones sobre sus salarios y condiciones de trabajo, y por lo tanto no pueden reclamar la parte que les corresponde de las riquezas que producen.
En Bangladesh, el salario actual en el sector de la confección es de $68 al mes, pero los sindicatos dicen que debería ser aumentado por lo menos a $120 para que los trabajadores puedan sustentarse adecuadamente, tanto ellos mismos como sus familias. En Camboya, el salario mínimo fue aumentado a $128, pero esta cifra es todavía muy inferior al monto que los sindicatos piden para que ese sueldo constituya un salario digno.
Debido a la falta de posibilidades de negociación salarial a nivel sectorial, para lograr algún aumento de sueldo los trabajadores de la industria de la confección dependen únicamente de ineficaces mecanismos relativos al salario mínimo. Si bien la fijación de salarios mínimos al menos establece un mínimo en común, en la mayoría de los principales países productores de prendas de vestir como Camboya y Bangladesh, los salarios están muy por debajo del nivel de un salario digno.
Sobre todo en las empresas de las cadenas de suministro, la negociación a nivel de fábricas individuales nunca será suficiente para mejorar los salarios y condiciones, porque las multinacionales simplemente pueden trasladar sus compras a proveedores menos exigentes en cuanto al cumplimiento de normas y con costos laborales más bajos. Aunque algunas EMN hacen un esfuerzo para mejorar las normas, éstas enfrentan la oposición de sus fábricas proveedoras, que tienen que competir con otras fábricas en lo que se refiere al costo de la mano de obra. Incluso si los compradores incrementan los precios que pagan, sin negociación colectiva en el lugar de trabajo no hay ninguna garantía de que los aumentos se transmitan a los trabajadores. Por otra parte también, la mayoría de los proveedores tienen múltiples compradores, quienes se encargan en forma individual de las negociaciones con las fábricas.
La clave es la negociación sectorial
La negociación sectorial permite que, a la hora de tratar cuestiones relacionadas con las estructuras salariales, se tomen en cuenta las características específicas del sector textil y de la confección, lo cual no es posible con mecanismos de fijación del sueldo mínimo. La negociación sectorial permite alcanzar convenios amplios y completos que abarcan todas las cuestiones pertinentes, incluyendo salarios, horas extraordinarias, la jornada de trabajo, períodos de máxima producción, productividad y eficiencia.
Jenny Holdcroft señala que la negociación colectiva a nivel sectorial es el mecanismo que hace falta para permitir avanzar significativamente en la lucha para obtener salarios dignos para los trabajadores y trabajadoras de la confección:
Es muy difícil para las empresas eludir sus obligaciones cuando existen convenios a nivel sectorial. En efecto, se apartan los costos de la mano de obra para dejarlos fuera del área de competencia, y de este modo nivelan el campo de juego, mejorando por esta vía las condiciones laborales de todos los trabajadores y trabajadoras del sector.
De esta manera, la eficiencia y la calidad del producto pasan a ser la base del incentivo en la competencia, en lugar de socavar los salarios y condiciones de trabajo. Las fábricas tienen un interés colectivo en procurar que su posición no sea debilitada por empleadores inescrupulosos que pagan salarios inferiores a la tasa vigente.
Como abarcan a todos los trabajadores de determinado sector, los convenios sectoriales garantizan incluir a los trabajadores más vulnerables que se hallan en el sector de la confección, dentro de los cuales se cuentan a los precarios, migrantes, subcontratados, y trabajadores a domicilio.
Preacuerdo sobre sueldos dignos en el sector de la confección
IndustriALL ha firmado un preacuerdo con cada una de las marcas que participan en el proceso ACT. Este preacuerdo señala explícitamente que, para alcanzar salarios dignos, es imprescindible procurar negociaciones colectivas a nivel sectorial en los países productores de prendas de vestir, y que para lograr esto se requiere reconocimiento efectivo de los derechos de los trabajadores a la libertad de sindicación y a la negociación colectiva.
Con el ACT se desarrollarán los medios para que el proceso de negociación colectiva, entre sindicatos locales y empleadores, se vincule con las responsabilidades de las empresas ante sus cadenas de suministro en el momento de adquirir sus productos. Esto implicará establecer mecanismos contractuales o de otra índole que ayuden a los proveedores a implementar el salario establecido en las negociaciones. Factores clave en este proceso serán los compromisos de lealtad, de seguir adquiriendo productos en la misma fuente y de asegurar pedidos estables, como así también garantizar que los precios pagados tomen en cuenta los aumentos que se hayan establecido en las negociaciones.
Al vincular las políticas de adquisiciones de las marcas con la negociación colectiva a nivel sectorial nacional entre sindicatos y empleadores, el proceso ACT establece un marco para relaciones laborales auténticas en las cadenas de suministro. La negociación sectorial permite determinar salarios que sean suficientes para que los trabajadores puedan sustentarse adecuadamente ellos mismos y sus familias, abordando, a la vez, las características específicas del sector, las jornadas de trabajo, la productividad, y otras cuestiones que tengan que ver con los salarios.
Para asegurar que se pague realmente según la tasa acordada, los convenios que resulten de este proceso deben ser registrados y jurídicamente vinculantes bajo la legislación nacional. También es necesario que las fábricas cuenten con fondos para pagar la tarifa acordada: esto se logra a través de reformas de las prácticas de compra. Estos tres factores son imprescindibles para crear un sistema que realmente ofrezca salarios dignos.
El proceso ACT tiene como objetivo transformar la manera de establecer los salarios, mediante la creación de convenios sectoriales con el apoyo de políticas de adquisiciones de las marcas como el mecanismo principal de fijación de los sueldos en el sector de la confección a nivel mundial. Se trata de un objetivo ambicioso, que requerirá gran voluntad política, sobre todo en aquellos países que suministran mano de obra barata para las cadenas de suministro mundiales.
El camino a seguir
Por primera vez, el proceso ACT establece el compromiso entre IndustriALL y las principales marcas de prendas de vestir, para trabajar juntos con el fin de establecer un sistema que elimine los obstáculos estructurales que impiden que los trabajadores logren salarios dignos. El resultado será un aumento de los salarios de los trabajadores y trabajadoras de la confección, permitiendo la creación de escalafones, y que el mencionado aumento sea sostenible y de cumplimiento obligatorio.
En base a esta experiencia, y la del Acuerdo de Bangladesh, no hay ninguna razón para no desarrollar modelos semejantes que puedan reglamentar las relaciones entre compradores, fabricantes y trabajadores, para que de este modo se resuelvan otros problemas de derechos laborales que son parte intrínseca de la forma de administrar las cadenas de suministro.
En la actualidad existe una oportunidad para remodelar la estructura de las relaciones laborales para abordar la situación real de las relaciones de empleo y condiciones de trabajo en las cadenas mundiales de suministro de hoy, cuya finalidad es establecer relaciones laborales auténticas en las cadenas de suministro.