27 agosto, 2020Las tensiones están aumentando en la industria de la confección de Haití, donde GOSTTRA, un sindicato afiliado a IndustriALL, informó que los trabajadores están luchando por sobrevivir en medio de la crisis de la COVID-19, cada vez más profunda.
El problema persistente del incumplimiento de los pagos de aportes a la seguridad social en la industria ha llegado recientemente a un punto crítico, con consecuencias desastrosas.
Dos trabajadores de fábricas del Palm Apparel Group murieron después de que se les negara atención médica. Según se informa, esto se debió a que su empleador no habría pagado sus aportes a la seguridad social a tiempo. Sandra René murió de complicaciones durante su embarazo, mientras que Lionel Pierre perdió la vida después de que se le negara el tratamiento de diálisis. Los trabajadores de ambas fábricas se declararon en huelga a modo de protesta.
Los empleadores también están reprimiendo a los dirigentes sindicales de GOSTTRA, quienes están intentando defender los intereses de sus miembros.
- En Premium Apparel, 43 miembros y dirigentes sindicales fueron despedidos después de protestar contra la decisión de la empresa de enviarlos a casa en la mitad del día.
- En Horizon, la dirigente sindical Sandra Emilion fue despedida después de presentar una queja contra los objetivos de producción excesivamente altos.
- En MBI, la dirigente sindical Sonia Saintvil fue despedida injustamente después de rechazar una oferta de ascenso a condición de que dejara el sindicato.
Aproximadamente un tercio de los 57.000 trabajadores de la industria de la confección del país están actualmente suspendidos o despedidos y aún no han recibido ninguna compensación del Gobierno a pesar de promesas anteriores. El resto está trabajando en un horario reducido en fábricas inseguras que carecen incluso de las medidas más básicas para ayudar a prevenir la propagación del coronavirus.
Al mismo tiempo, el precio de los alimentos básicos ha aumentado considerablemente: el precio del arroz y los frijoles ha aumentado casi un 135 porciento, mientras que el gas propano ha aumentado en un 50 porciento. Además, Haití fue duramente golpeado por el reciente huracán Laura y necesita apoyo humanitario.
Valter Sanches, el secretario general de IndustriALL Global Union, declaró:
“Haití se encuentra entre los veinte países más pobres del mundo. Impulsar a la industria de la confección a través del acceso preferencial a los mercados estadounidenses debería haber puesto en marcha una economía doblegada. En cambio, el país ha seguido un curso de desregulación y supresión de los costos de mano de obra con el fin de seguir siendo atractivo en las precarias cadenas mundiales de suministro”.
“El Gobierno, con el apoyo de marcas y minoristas, ahora necesita tomar medidas urgentes para proteger a los trabajadores que se enfrentan a terribles dificultades durante esta pandemia”.
Haití es uno de los ocho países prioritarios para el llamado a la acción de la OIT para apoyar la industria de la confección, aunque hasta ahora se han logrado pocos avances.
IndustriALL se contactó con los empleadores interesados y ha pedido al Ministerio de Trabajo, así como a marcas y minoristas, entre ellos Gildan, F&T Apparel, Wal-Mart y Fruit of the Loom, que intervengan para ayudar a resolver los conflictos.
Trabajadores de la confección trabajando en la sección de costura de una fábrica de ropa en Haití. Foto: Marcel Crozet/OIT