8 abril, 2020Mientras Bangladesh se encuentra en confinamiento hasta el 14 de abril, miles de trabajadores de la industria de la confección de este país han sido despedidos y privados de sus salarios. El 6 de abril, dos trabajadores murieron en un accidente durante una manifestación.
Como parte de sus medidas de contención de la COVID-19, el gobierno de Bangladesh suspendió todas las formas de servicios de transporte y cerró los establecimientos públicos y privados, salvo por los servicios esenciales. El cierre, que inicialmente se anunció que duraría hasta el 4 de abril, se extendió hasta el 14 de este mes.
El primer anuncio provocó pánico entre los trabajadores de la confección, quienes en su mayoría son migrantes internos. Muchos se fueron de Daca para llegar hasta sus pueblos natales. Fotos desgarradoras de la capital del país muestran a los trabajadores abandonando la ciudad en camiones, transbordadores abarrotados y otros medios de transporte inseguros.
El 5 de abril se anunció que, excepto en casos de emergencia, estaba totalmente prohibido entrar o salir de Daca. La falta de coordinación en la implementación de las medidas de contención generó confusión, ya que muchos empleadores insistieron en que los trabajadores debían presentarse a trabajar para recibir sus salarios y conservar sus empleos.
Cientos y miles de trabajadores utilizaron medios de transporte abarrotados e inseguros, así como muchos caminaron en grupo para presentarse a trabajar en Daca, Gazipur, Narayanganj y otras áreas.
Sin las medidas de seguridad apropiadas, cientos de fábricas siguieron funcionando con el riesgo de propagar la COVID-19. Varias fábricas, después de someter a los trabajadores a un peligroso viaje hasta el trabajo, les avisaron a sus empleados en la puerta que cerrarían hasta el 14 de abril, sin informarles cómo se pagarían los salarios.
El 6 de abril, la confusión desencadenó manifestaciones espontáneas para exigir los salarios. Mientras un grupo de manifestantes bloqueaba la autopista de Daca-Mymensingh después de que sus fábricas cerraran sin previo aviso, estalló un enfrentamiento y dos trabajadores fueron aplastados por un camión.
Nazma Akter, presidente de la Federación Sramik de Trabajadores de la Confección de Sommilito (SGSF) y miembro del Consejo de IndustriALL en Bangladesh, expresó:
“La mayoría de los trabajadores de la confección de Bangladesh fueron expulsados injustamente de sus trabajos, se los privó de sus salarios y recibieron amenazas de ser incluidos en la lista negra por exigir sus derechos. Algunos empleadores afirmaron que recién se les pagaría a los trabajadores el 16 de abril, cuando regresen a trabajar”.
“Si se prolonga el confinamiento y no se pagan los salarios, los medios de subsistencia de los trabajadores se verán amenazados y estos correrán riesgo de inanición. Algunos beneficios ganados con esfuerzo, incluido el bono por el próximo festival EID, también están en peligro. Se debe dejar inmediatamente de obligar a las personas a trabajar a pesar del riesgo de la COVID-19”.
El secretario general de IndustriALL, Valter Sanches, expresó:
“Las marcas y los proveedores deben darse cuenta de que ningún trabajador debe quedar atrás en esta lucha sin precedentes contra la COVID-19. El gobierno, las marcas y los proveedores deben trabajar, junto con los sindicatos, para tomar medidas coordinadas con el fin de garantizar que se paguen los salarios y que los trabajadores y sus familias estén protegidos del impacto económico negativo que puede generar el confinamiento”.
“El gobierno de Bangladesh debe garantizar que los trabajadores obtengan su parte del paquete económico recientemente anunciado de 72.750 crores de taka (US$ 8500 millones)”.
En una declaración emitida el 8 de abril, el Consejo de IndustriALL en Bangladesh (IBC) expresó:
“Los salarios correspondientes al mes de marzo deben pagarse lo antes posible. Bajo las circunstancias imperantes, los empleadores deben asegurarse de que los pagos se realicen a través del sistema de banca móvil y que los que no tienen acceso a este reciban el pago en efectivo antes del 16 de abril. Los despidos, las reducciones de personal y las rescisiones deben detenerse de inmediato. Se debe formar un comité tripartito formado por el gobierno, los empleadores y el IBC, y todas las fábricas deben cerrar durante el período de confinamiento”.
Según la Asociación de Fabricantes y Exportadores Textiles de Bangladesh (BGMEA), el 7 de abril se cancelaron 953 millones de prendas confeccionadas para exportación, con un valor de US$ 3050 millones. Las cancelaciones afectan a más de 2,19 millones de trabajadores.